Viviendo en la montaña.
Muchos jóvenes que viven a las afueras de las ciudades pueden llegar a sentirse excluidos indirectamente. Lo comprobé yo misma al vivir lejos, quería hacer muchas cosas pero no conocía a nadie y no habían actividades para poder conocer. Quiero que los chicos de zonas lejanas a las ciudades principales se den cuenta que pueden tener todo lo necesario para impulsar su vida así vivan lejos, deseo que todos tengan las mismas oportunidades de crecer y aprender.
Se lleva a cabo en la comunidad de Santa Inés, a las afueras de Yumbo, Valle del Cauca. Empezamos haciendo pequeñas reuniones para llamar la atención de los chicos, jugamos, hicimos caminatas, y así poco a poco fueron llegando más chicos, también se fueron algunos pero siempre hemos tratado de mantener buenas actividades para llamar a más chicos. Aún no conocemos todos los jóvenes de la comunidad, poco a poco vamos llegando a ese punto.
Los chicos están muy felices, pasó de ser una comunidad en la que no se conocía nadie con nadie, a que cada 8 días se reúnan en el parque principal a reírse un buen rato. Los adultos también están muy felices, los chicos ya no se la pasan encerrados y se emocionan con las actividades. Hicimos un mural en el parque y las personas se sienten muy orgullosas de su parque. La energía y el compañerismo de la comunidad dio un salto enorme.
Me di cuenta de la importancia de querer y hacer las cosas. Hay muchas oportunidades que se dejan pasar por no empoderarse y buscar las cosas. También me quedó más que claro la cantidad de talento que hay en mi comunidad, aprendí a apropiarme sanamente del lugar donde vivo y hacer lo que está en mis manos para dejarlo mejor de lo que lo encontré.
