SONRISAS DE ABUELITOS
Mi principal fuente de motivacion fue ese deseo de ayudar. Ese sentimiento de compasión por el otro, por esos ancianos que muchas veces necesitan más que un baño o una comida; una compañía, conversación, risas. Mis esperanzas eran que pudiese ayudar lo mayor posible y pasar un buen rato con los ancianos.
Ayudé repartiendo la comida y la bebida a los ancianos, así como participando en el proceso de recorte de pelo de los hombres. Interactue ditectamente con el señor Santiago, uno de los envejecientes, conversando y ayudándole en el proceso de comer. Además pude interactuar con las señoras (8) que se encontraban en el lugar, dándoles agua y ayudandolas a limpiarse luego de cenar.
La convivencia con estas personas me enseñó que muchas veces necesitamos una conversacion o una sonrisa para no sentirnos solos. El problema que pude notar con muchos de estos maravillosos humanos es que eran abandonados por sus familiares. Familiares que no los visitan, que no los llaman. Cuando oyes algo como "Mis hijos tienen 4 años que no me visitan, ya no me acuerdo de sus caras" se te parte el corazón. Cuando pude experimentar esa situacion, en la que compartí con personas que necesitaban ese tipo de cercanía, esa conversación, esa ayuda, me di cuenta que la mayoría de veces cuando piensas que estas haciendo poco, algo rutinario, algo simple para alguien, para ese alguien le acabas de mejorar el día, le sacas una sonrisa, le das esperanzas. Y eso fue lo que me dejó esta experiencia. Que la felicidad se encuentra en las cosas pequeñas y que tú puedes ser ese granito de felicidad en la vida de alguien, si te propones serlo.
".... la voluntad del caminante, para seguir siempre adelante y servir."