En mi adolescencia no sabía en qué carrera enfocarme, y muchos de mis contemporáneos estaban en la misma situación.

Afortunadamente, mi escuela tenía un programa de orientación vocacional que nos ayudó en nuestra elección de carrera universitaria, sin embargo, no todos los jóvenes tienen acceso a estos apoyos, y muchas veces desconocen las carrearas a las que pueden aspirar más allá de las más conocidas, lo que a menudo los lleva a tomar decisiones equivocadas.

Escoger una carrera es un parteaguas en la vida de muchos, y esta feria va más allá de un punto de encuentro entre estudiantes y profesionistas, pues, no solo son expuestos a carreras, son expuestos a panoramas, a metas, a aspiraciones, y a que descubran que aquellos hobbies que más disfrutan hacer, esos aspectos de su personalidad que les permiten realizar con más facilidad ciertas tareas, y esos temas de los que disfrutan informarse, debatir, y compartir con tanta pasión, puede ser aquello a lo que se dediquen el resto de su vida.

Y qué más impactante si son expuestos a todo esto por miembros de su comunidad y de su entorno, personas con las que verdaderamente pueden empatizar.

Al finalizar la feria llevamos a cabo una encuesta a cada uno de los chicos que formaron parte de la misma como oyentes, los resultados de la encuesta indican datos significativos respecto al impacto de la feria.

El 80% admitió que antes del evento no habían pensado seriamente qué carrera querían a futuro, así mismo, mencionaron haber descubierto carreras que antes de la feria desconocían totalmente, finalmente, el 70% de esta muestra calificó la orientación de los ponentes como excepcionalmente útil.

Por su lado, el 20% del total señaló ya tener una carrera definida, sin embargo, indicaron que la feria les ayudó a reafirmar su decisión.

La inspiración es un motor poderoso para el cambio y la acción, y esta feria, al ser abierta al público, y por y para la comunidad, cumplió su propósito de dar inspiración al alcance de todos.