CAMINO GILWELL Juan Diego Arroyave, Camilo Ayala, Juan Pablo Bedoya, Natalia Guzmán, Mariana Pineda. Introducción Vale la pena cuestionarse qué es ser joven en Colombia y qué implicaciones tiene el haber crecido en un país en conflicto armado. Al pensar en esto, se hace claro que dentro del posconflicto los jóvenes deben ser considerados como "actores económicos y sociales en potencia" a quienes se les puede orientar su energía y potencial a la construcción de paz. Es por esto que su participación política ha de ser un factor a tener en cuenta, puesto que el empoderamiento de los jóvenes es también un camino para la reconstrucción del tejido social. Los jóvenes contribuyen a la construcción de memoria colectiva y traumas de la violencia, mediante el uso de expresiones artísticas y culturales, con lo cual se resignifican también la manera de entender la paz y de vivir la reconstrucción social. Construcción de memoria El desarrollo del conflicto armado planteaba limitantes a la construcción de memoria, por lo tanto, en un periodo posconflicto se convierte en un reto y necesidad la construcción de está. Generar memoria del conflicto permite obtener perdón y reconciliación. Puesto que se visibiliza a los actores de la guerra, combatientes y víctimas, como colombianos y más importante aún como seres humanos, a través de sus relatos, dejando consigo lección a la sociedad de lo sucedido. Los cuales dan lugar a la sostenibilidad de la paz, al motivar a las personas a la creación y participación de espacios que garanticen la no repetición de los hechos. Para tal efecto, la paz es concebida como el estado de equilibrio, de un individuo o comunidad, en donde las posibles diferencias son aceptadas, en lugar de generar conflictos. Así bien, la paz no se limita exclusivamente a la ausencia de la guerra, porque puede haber manifestaciones violentas que no son guerra pero tampoco permiten la paz. Transformación de la perspectiva del conflicto La creación de "escenarios de creatividad" se presenta como una propuesta para el desarrollo de espacios de arte y no violencia que propicien la participación ciudadana. Concibiendo la no violencia como "acción, pragmatismo, fuerza templada, rebeldía política, y construcción de paz" (López, 2006). Dar lugar a espacios donde los jóvenes expongan sus habilidades y contribuyan al posconflicto desde sus diferentes campos artísticos, permite no solo socializar los sentimientos frente al conflicto, sino además transformarlos de manera que los jóvenes sepan que pueden aportar a la sostenibilidad de la paz, mediante el ejercicio del voluntariado. Reconciliación basada en el método scout El método scout es un sistema de educación no-formal, compuesto por varios elementos. Entre ellos, la promesa, que es un compromiso a dar lo mejor de sí mismo, para vivir acorde a los valores del Escultismo. Este método permite a los jóvenes , bajo un marco simbólico que abarca desde la fantasía hasta la aventura real y el servicio, participar activamente y apropiarse de su proceso personal. Es así como el escultismo logra que los jóvenes desarrollen su potencial físico, intelectual, emocional, social y espiritual a la vez que se involucran con su entorno y con la comunidad en la que habitan. La vivencia del escultismo permite a los jóvenes, no solo conectarse con más personas interesadas en generar un cambio, sino que les abre, además, espacios para reconocerse como representantes activos de la sociedad. De igual forma, el escultismo alienta a los jóvenes a participar en los procesos de desarrollo dentro de la sociedad, de acuerdo a los principios del movimiento. Es así como el método scout, fundamentado desde su promesa que enfatiza en el servicio a los demás, permite que el proceso de posconflicto trascienda del perdón y se convierta en reconciliación en la medida que los jóvenes reciben herramientas para ser gestores de paz.