La flor de lis más grande del mundo Es un evento organizado en México desde hace muchos años, que consiste en juntar latas, hacer una flor de lis con ellas, venderlas a una recicladora y donar el dinero. En el 2016 se retomó este proyecto después de varios años de no realizarse, afortunadamente tuve la oportunidad de participar en la organización de un evento tan grande como lo es éste. Es un evento en el que vienen scouts de todo el país, incluso de otros para poder convivir, aprender, divertirse y seguir trabajando por un mundo mejor. El trabajo de cada uno de los miembros del equipo de la organización es de suma importancia, es en estos eventos en los que realmente aprendes sobre el trabajo en equipo y la hermandad. Este proyecto es más grande y complicado de lo que se pueda imaginar, involucra instituciones, personas scouts y no scouts, al gobierno y a todo ciudadano posible ya que, además de hacer la figura hay actividades y stands donde, desde el más pequeño hasta un adulto puede aprender y divertirse. Nuestro trabajo como staff era asegurarnos que todo estuviera en orden, que cada uno de los asistentes se divirtiera, aprendiera y disfrutara. Mi trabajo en la flor de lis más grande del mundo fue estar dentro de la coordinación de los registros, donde se pesó y llevó control de la cantidad de latas que llevaba la gente, hacer las bases de datos y planeaciones necesarias para lograr un control el día del evento, además de juntar, organizar y distribuir al staff que apoyaría en los diferentes equipos de trabajo y organizar un stand en la Aldea de Desarrollo de juegos, rifas y actividades para dar difusión de distintos beneficios con los que cuenta toda la membresía. Ser parte de la coordinación de este evento definitivamente no fue fácil, siempre habrá circunstancias que se crucen en el camino, pero nada que el trabajo en equipo no resuelva. Es increíble darte cuenta de la participación juvenil en proyectos tan grandes como éste, de lo mucho que podemos lograr si trabajamos juntos por un mismo objetivo. Yo realmente deseo que otros jóvenes del mundo vivan la misma experiencia de dar todo de sí mismos en proyectos y en sus vidas, que nunca dejen de hacer las cosas por amor, por diversión y por seguir siendo mensajeros de la paz.