MANOS QUE UNEN
Me inspiré ver cuánto se contamina nuestro entorno y cuántas personas no se dan cuenta del impacto de los desechos. Quise demostrar que pequeñas acciones, como recolectar botellas y tapas, pueden generar un gran cambio. También me motivó la idea de enseñar a niños, jóvenes y adultos a cuidar el medio ambiente ya valorar nuestro planeta, porque todos podemos ser parte de la solución.
Establecimos puntos de acopio donde todos podían dejar sus donaciones y luego clasificamos y pesamos los materiales. Con lo recolectado y vendido, pudimos comprar cosas para mejorar nuestra institución. Además, motivamos a niños de 8 a 10 años, jóvenes de 11 a 17 años y adultos a participar, enseñándoles la importancia de cuidar el medio ambiente y trabajar juntos para lograr un impacto positivo.
Con este proyecto aprendi que trabajando juntos podemos lograr grandes cosas. Recolectar 50 kg de botellas y 4 kg de tapas me enseñó a cuidar el planeta con sencillas acciones y con amor. También entendí que inspirar a niños, jóvenes y adultos a proteger la naturaleza nos beneficia a todos, porque aprendemos, crecemos y contribuimos a un futuro mejor.